Este fin de semana vivimos la culminación del Taller de Espiritualidad que durante ocho semanas nos fue preparando para buscar en nuestro interior a nuestro Dios y Señor.
Durante ese tiempo, así como el sentido del gusto se va haciendo más selectivo, al serle ofrecida una degustación de platillos finamente elaborados, así, nuestro espíritu fue delicadamente preparado para el banquete final, que es el retiro.
Todo comenzó cuando aceptamos la invitación que Dios nos hizo, a través del Ministerio de Proclamadores, a tener un encuentro con Él, un encuentro personal que debe hacerse en forma presencial y que nos fue quitando vendas de los ojos, o cerrando heridas que no habían sanado o bien, nos introdujo al conocimiento del amor de Dios, de Jesús y del Espíritu Santo.
Continuando con el banquete ¿Qué mayor deleite que escuchar que Dios me ama y que me pensó desde el inicio de los tiempos y que me perdona, así como lo hizo el padre del hijo pródigo: sin darle tiempo de más explicaciones y cubriéndolo de besos? Confiemos en Él, nos dijo el proclamador, esa es una actitud fundamental del que busca a Dios; debemos aprender a confiar en que el Padre confía en nosotros.
Cuando confiamos en Dios, estamos aceptando el amor incondicional del Padre y debemos abandonarnos en Su amor; la forma en que Él nos acepta es confiando en nosotros. Hablemos en primera persona: Dios se alegra con mis obras si las hago con y por amor. Él hace todo conmigo, por mí y en mí.
El amor del Hijo a la humanidad entera quedó demostrado al ofrecer Jesús su propia vida por la de sus amigos, por ti, por mí, por todos nosotros, y nos mandó amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado, eso lo sabemos, pero ¿Cómo demuestro yo en mi vida diaria que cumplo con ello? Como lo hizo Jesús, que nos ama y nos demuestra su amor día con día, así nosotros podemos y debemos repetir esta acción diariamente, viendo a Jesús en el prójimo, llámese pariente, amigo, compañero de escuela o de trabajo, mendigo, etc.
Dios es amor, Jesús es amor, el Espíritu Santo también es amor, y este amor “Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”. (Rom 5,5). Gracias al Espíritu Santo me es posible ver a Jesús y sin Jesús no puedo acercarme a Dios porque el conocimiento del Padre es el Hijo y el conocimiento del Hijo se logra a través del Espíritu Santo. 1
La Santísima Trinidad me ama, sintamos esa seguridad, esa confianza que sólo se dará cuando yo me acepte a mí mismo. Tener confianza para saber recibir la mirada de Jesús que limpia, llena de gracias, enriquece mi vida, me alumbra y por último, me lleva a su corazón, convirtiéndome así en un ser perfecto, que me ama con el mismo amor que se ama Él.
En este retiro recordamos o descubrimos la misericordia de Dios, que es eterna, Dios siente compasión por nosotros, pero no se queda ahí, nos ayuda también a superar el trance en el que nos encontremos y eso es algo en lo que pocas veces pensamos.
El padre Alberto Orozco, quien da servicio en El Señor del Buen Despacho, nos hizo concientizar que la salvación no la podemos lograr solos, necesitamos la ayuda de Dios; por naturaleza humana, estamos inclinados a desear vivir mejor, pero no siempre actuamos bondadosamente y sin embargo somos criaturas de Dios, aceptémoslo, seamos valientes y aceptémonos como somos, aceptemos a Dios en nuestras vidas; vivamos la alegría de sabernos hijos de Dios y disfrutar a plenitud lo que tenemos. Demos gracias a Dios porque lo bueno que hago lo perfecciona y lo malo, Él lo quita.
Vivimos una Liturgia del Perdón ante el Santísimo Sacramento y pedimos perdón a Dios por todas nuestras faltas, pero también a los que hemos lastimado en el pasado, sin importar si viven o ya trascendieron; los cantos de alabanza se escuchaban y penetraban en nuestro espíritu y, al finalizar la Liturgia, entre lágrimas de emoción nos abrazamos y felicitamos mutuamente, el Señor nos mira con bondad y ha perdonado nuestros pecados.
Con el espíritu enaltecido, y cómo no, después de la experiencia del día anterior, escuchamos las palabras que fray Gerardo Ruíz nos dirigió para recordarnos la Efusión del Espíritu Santo que vivimos en nuestro bautismo y confirmación.
Ese derramamiento de gracia que recibimos, lo debemos recrear todos los días. El Espíritu Santo nos capacita a través de sus virtudes, dones y frutos; la virtud es la disposición a hacer el bien y nos dispone para relacionarnos con Dios, las virtudes teologales o morales, nos llevan a actuar conforme a las normas agradables a Dios y estas son: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; la inspiración, la iluminación es fruto del Espíritu Santo, el sentirse movido a hacer una buena obra también lo es. El resistirse a esas inspiraciones debilita nuestra relación con el Señor, seamos dóciles a su voz, a su inspiración.
Una vez hecha una Liturgia de Consagración muy emotiva que nos llevó a renovar nuestro compromiso con Dios y con la Iglesia, asistimos al banquete de gala: la Santa Misa, en la cual agradecimos al Señor las gracias que ha derramado sobre nosotros.
No olvidamos la labor de los miembros de tres ministerios que son el de Intercesión, que oró por nosotros durante todo el Retiro para que recibiéramos la ayuda y guía del Señor, el de Logística, que proveyó los elementos materiales necesarios para el buen desarrollo y el de Staff, que coloca artísticamente los refrigerios que pone a disposición de los asistentes.
Con el Santo Sacrificio concluimos el Retiro que nos llevó a entender la misericordia infinita de Dios, que nos muestra a través del amor de Jesús que el Padre nos ama y acepta como somos, así debemos aceptarnos nosotros también.
¡Que este recordar o descubrir que la misericordia de Dios nos promueve y que ha logrado cambios en nosotros, no se quede en una linda experiencia, que seamos no sólo testigos, sino que demos testimonio, con nuestra conducta, de la metamorfosis que hemos experimentado y la queremos comunicar a nuestro entorno!
¡Nuestro apostolado, es decir: enseñar y propagar nuestra fe cristiana, comienza!
Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación.
1) https://www.aciprensa.com/recursos/quien-es-el-espiritu-santo-2226