La Orden de Agustinos Recoletos:
Los Agustinos Recoletos en el Mundo
Todo comenzó en Castilla, en España. Un hito para esta historia lo encontramos en 1588, fecha llena de entusiasmo y de soplo del Espíritu de Dios.
Había un sentir que pedía un “más” para la gloria de Dios y afirmación de los dones del Espíritu en su Iglesia. Esos vientos renovadores llegaron a los claustros agustinos. Ya éramos descendientes de San Agustín, por eso le llamamos nuestro padre espiritual y seguimos su doctrina.
Nuestros antepasados querían y buscaban un modo más austero y más comunitario de vivir y llevar su vocación. Así en diciembre de 1588, en el Capítulo de los Agustinos celebrado en Toledo, surgió la Definición 5ª que a la letra dice:
«Porque hay entre nosotros o, al menos, puede haber, algunos tan amantes de la perfección monástica que desean seguir un plan de vida más austero, cuyo legítimo deseo debemos favorecer para no poner obstáculos al Espíritu Santo, consultado previamente nuestro reverendísimo padre general e implorada su venia, determinamos que en esta nuestra provincia se señalen o se levanten de nueva planta tres o más monasterios de varones y otros tantos de mujeres, en los que se practique una forma de vida más austera, la que, tras madura reflexión, prescriba el padre provincial con su definitorio».