Mucho se ha dicho y escrito, conferencias y presentaciones van y vienen sobre la Sábana Santa, pero nada como una hecha por una persona que además de tener una amplia preparación objetiva sobre el tema, es también católica practicante, como es el caso del Ing. José Ángel Rivero Cosme.
Gracias a la invitación que le hiciera nuestro rector, fray Melchor Benito Benito, el Ing. Rivero se presentó el 4 de abril en el Salón San Agustín, para compartir sus conocimientos sobre los estudios y análisis a que se ha sometido La Síndone.
En su conferencia titulada Dame una prueba para creer…, el Ing. Rivero nos lleva de la mano por el viaje fascinante que ha recorrido la Sábana Santa, desde el año 544 en que llegó a Edessa, hoy Urla, Turquía, en 944 se transporta a Constantinopla; 1353 aparece como propiedad de Godofredo de Charny; en 1453 Margarita de Charny, la cede a Luis de Saboya y es custodiada en la capilla de Chambéry; en 1532 la capilla de Chambéry se incendia y una gota del cofre de plata (el cofre se estaba fundiendo) en el que estaba resguardada La Síndone, la atraviesa sin dañar parte alguna de la figura de Nuestro Señor; en 1578 Filiberto de Saboya la traslada a Turín, donde, en 1694 se coloca en la capilla diseñada por Guarino Guarini y es donde permanece hasta nuestros días (la capilla está adosada a la catedral de Turín).
En 1898, el fotógrafo Secondo Pía obtiene un permiso para tomar una fotografía a la Sacra Sindone la cual , al ser revelada, muestra el positivo fotográfico de la figura de Jesucristo.
En 1983, a la muerte de Umberto de Saboya, la Sábana Santa se convierte en propiedad de la Santa Sede, por voluntad testamentaria.
En 1997 un incendio destruye la capilla de Guarini, pero La Síndone es rescatada gracias al arrojo y valentía de un bombero, Mario Tramatore, quien expuso su vida para salvar tan preciada prueba del paso del Señor por este mundo.
En un tono más grave, el expositor hizo el recuento de las heridas, 50 en la cabeza y rostro, ocasionadas por la corona de espinas y las caídas, en la espalda se encontraron 120 huellas de azotes y además en la nuca, esto debido al madero que iba cargando Nuestro Señor; poco a poco, el conferencista fue mostrando los instrumentos de tortura de la época, al tiempo que citaba los capítulos de la Sagrada Escritura que correspondían a Su pasión. Sólo podemos imaginar el inmenso, el intenso dolor que sufrió Jesús y, cuando la evidencia se tiene ante los propios ojos, no puede uno menos que ahogar un sollozo. ¡El mismo Dios hecho hombre sufrió lo indecible para abrirnos las puertas del Cielo! Y viene a la memoria el poema de Gabriela Mistral:
Al Cristo del Calvario:
“En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados
cuando veo los tuyos tan destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías
cuando las tuyas están tan heridas?”.1
Posteriormente indicó el presentador, los nombres de varios de los científicos que durante décadas han estudiado y hecho pruebas, entre ellos se encuentra Yves Delage, catedrático de La Sorbona de París, quien era agnóstico y después del estudio de la Sacra Sindone, se convirtió al cristianismo; los investigadores son gente con especialidades diversas como química, física, microbiología, medicina legal, biología, anatomía, tecnología nuclear, medicina forense, tratamiento digital de imagen, genética, etc.
Recordó el Ing. Rivero que por lo general, la ciencia y la religión son incompatibles y sin embargo, en la Sábana Santa se conjugan ambas, por increíble que les parezca a los que se niegan a aceptar la evidencia que el método científico ha comprobado como cierta. Desde la forma en que se hizo el tejido del lino de la reliquia, acorde con los métodos utilizados en la época de Jesús, pasando por el estudio de las manchas que dejaron los coágulos de sangre, el suero sanguíneo, las del agua que le echaron cuando el incendio en Chambéry, la parte que perfora la gota de plata fundida en aquella ocasión, todo eso se plasmó en el lienzo y se ha estudiado meticulosamente; todas las pruebas coinciden en que la reliquia es completamente original, no tiene tinte de ninguna especie; también se comprueba lo que dicen las escrituras en cuanto a que no le quebraron ni un sólo hueso, los estudios genéticos demuestran que el ADN no está completo (la Virgen María concibió por obra del Espíritu Santo y que el ADN no esté completo lo demuestra sin lugar a dudas) y por si esto no fuera suficiente se hizo un estudio de la imagen y se observa que es tridimensional; de acuerdo al expositor, los investigadores dijeron: más que una imagen es una presencia de Jesús de Nazaret en el lienzo y prueba de su paso por la tierra.
Siguió el ingeniero abundando en la explicación diciendo: “la imagen se formó al levitar el cuerpo de Jesús, en ese instante se vuelve un cuerpo incandescente y generó una radiación lumínico térmica que se distribuyó a nivel ortogonal (o sea perpendicular), evade el lienzo y se graba la imagen”. No hay más que una palabra para definir esto: milagro.
Para concluir, el Ing. Rivero Cosme compartió con nosotros una oración agradeciendo a Jesús el habernos dejado el lienzo bendito que es la Sábana Santa, misma que nos relata Su Pasión.
Después de una larga ovación al Ing. Rivero, fray Melchor agradeció profundamente al conferencista tan brillante exposición y tan maravilloso apostolado.
Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación.
1) https://diarioinca.com/poema-al-cristo-del-calvario-gabriela-mistral