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VIGILIA DE PENTECOSTÉS

En un clima de oración, cantos y alegría  se desarrolló este 27 de mayo, la Vigilia de Pentecostés.

Con una profusión de colores que nos regalaron cientos de flores que adornaban el presbiterio, aunada a la música apropiada a esta ocasión, la gente se sintió acogida y parte integrante de la celebración.

Los coros de Santa Mónica se unieron para dar mayor realce a la  que es la fiesta más importante de la Iglesia, después de la Pascua de Resurrección.

Vigilia significa “noche en vela”,  se lleva a cabo de noche y como acto litúrgico que es, la comunidad se dedica a la reflexión y a la oración; se está  en espera de la luz del día de una gran celebración, que en este caso es Pentecostés, o sea la efusión del Espíritu Santo.

Como en toda Vigilia, la lectura de La Palabra, las oraciones, los cantos, la luz, los colores, la celebración de la Eucaristía así como la participación de los feligreses, son parte clave de una Vigilia.1

Si bien toda la reflexión fue muy significativa, algo que movió a la feligresía fue el que se recordara que el  Espíritu Santo es un sello de identidad que nos es proporcionado a través del crisma, en el bautismo, en la confirmación y en la unción de los enfermos; somos sellados como propiedad de Dios en el Espíritu Santo.

El día de Pentecostés fue infundido en los apóstoles el Espíritu Santo y gracias a ello recibieron Sus dones y pudieron hablar el idioma del Amor, del  Amor que Padre e Hijo se profesan a sí mismos y a nosotros, en el Espíritu Santo. Somos inmensamente ricos al recibir este regalo de Amor.

Posteriormente tuvimos la Celebración Eucarística, en cuya homilía, se nos dijo que el Espíritu Santo nos ayuda a aceptar nuestras responsabilidades, a ver con serenidad los obstáculos de la vida diaria, a decirle a Dios: Padre, nos consuela y ayuda soportar el desgarro de la muerte de un ser querido, a hacer frente a los fracasos, a disfrutar la belleza de la vida y que está con nosotros todos los días de nuestra existencia.

Al terminar el Santo Sacrificio, solemnemente se expuso al Santísimo y tuvimos una Adoración Eucarística, en la cual se ofreció una reflexión a manera de Hora Santa y también hubo cánticos de alabanza a Jesús Sacramentado.

Al finalizar, hubo una convivencia a la cual se había invitado previamente a toda la comunidad, la cual resultó muy animada.

Que esta Vigilia de Pentecostés marque el inicio de una vida nueva, en la cual nuestras acciones diarias muestren que  el Espíritu Santo está trabajando en nosotros y con nosotros, manifestando que en verdad somos seguidores de Jesucristo.

Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación.

 

1)https://es.catholic.net/op/articulos/21765/cat/735/que-es-pentecostes.html#modal

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