“Sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad”, esto y más podemos decir de la celebración más importante referente a la alabanza al Cuerpo y Sangre de Jesucristo.
El regalo más preciado e inmerecido que hemos recibido los cristianos es precisamente la presencia permanente de nuestro Señor Jesucristo, quien, en un derroche de bondad, quiso quedarse con nosotros, entre nosotros, por nosotros en la forma de la Sagrada Eucaristía, es también celebración de la caridad de Jesús para con nosotros al permanecer en esta tierra como alimento imperecedero, de ahí que en el siglo XIV, se decretara la Festividad de Corpus Christi.*
Precedida por una solemne Vigilia de Corpus Christi, iniciada el 19 de junio por la noche, el día 20 de junio, nuestro templo de Santa Mónica se vistió de fiesta para celebrar una vez más la conmemoración del Cuerpo de Cristo (Corpus Christi).
En su homilía, el sacerdote oficiante, Fr. Gerardo, nos dirigió unas emotivas palabras con las cuales nos hizo reflexionar respecto al agradecimiento que debemos al Señor Jesús ante semejante obsequio, mismo que debemos expresar día a día, pero con mayor razón, en la festividad de Corpus Christi; celebramos que nuestro Señor Jesucristo instituyó el Santísimo Sacramento y al ser una celebración, que lo hagamos por todo lo alto, ¡Contagiando nuestra alegría de participar de su resurrección a los que nos rodean!
Tuvimos la oportunidad, de recibir a nuestro Señor Jesucristo en las formas de pan y vino, lo cual fue recibido con beneplácito por toda la feligresía. Al finalizar la misa, el sacerdote oficiante, con toda la solemnidad del momento, insertó la Sagrada Forma en la fina custodia, posteriormente y, cobijada bajo un palio, fue conducida a las afueras del templo en solemne procesión, marcando con esto la recuperación de una manifestación de la fe, de los que acompañaron, de los que participaron en tan especial evento, al Santísimo Sacramento.
El atrio de Santa Mónica fue engalanado con un hermoso tapete de flores naturales, al estilo de Huamantla, Tlaxcala o de Europa, como humilde tributo al Señorío de Jesús.
Entre cantos y oraciones los feligreses acompañamos a nuestro Dios, el parque de San Lorenzo tuvo el honor de recibir al Santísimo Sacramento y conforme la gente iba engrosando la procesión, los árboles del parque parecían inclinar sus ramas hacia Él, en señal de reconocimiento y sumisión; al paso del Santísimo, se lanzaba pétalos de rosas rojas y blancas para declarar a nuestro Señor que queremos vivir juntos con Él, que queremos que forme parte de nuestras vidas.
Resultó conmovedor ver gente de todos los estratos sociales unida en comunión, tomando fotografías, participando en los rezos, recibiendo la bendición con todo respeto y entrega a un momento sublime, que no es cosa de todos los días.
Con la esperanza de poder compartir con nuestros hermanos la felicidad otorgada por esta hermosa celebración, de continuar por nuestro sendero con la alegría renovada de sabernos hijos de Dios y de que un día nos será compartida la resurrección de Jesucristo, nos despedimos del Santísimo Sacramento, no sin antes reiterar nuestro compromiso de evangelización.
Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación.
* La celebración de Corpus Christi se lleva a cabo el jueves posterior al domingo de la Santísima Trinidad (la solemnidad de la liturgia es el domingo posterior al de la Santísima Trinidad, pero en muchas localidades, la procesión se sigue celebrando en jueves).
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Pati Garcia Hidalgo
Estuvo preciosa la procesión después de la misa del mediodía, les faltó documentar esta parte y cuatro altares que se pusieron en el parque de San Lorenzo y la enorme cantidad de personas que se sumaron de todos lados en la procesión de las 12 y después lo que se siguió hasta el final del día después de la misa de las 8 de la noche. Si les falto documentar más todo lo que se realizó las 24 horas del día con el Santisimo