Todo un éxito resultó la visita organizada por el ministerio de cultura al Museo Dolores Olmedo y posteriormente al turístico y atractivo Xochimilco.
Un grupo de 40 personas nos dimos cita en el templo de Santa Mónica, donde abordamos el autobús que nos llevaría a nuestro primer destino.
El Museo Dolores Olmedo, situado en la ex hacienda La Noria cuya construcción se remonta a fines del S.XVI, recibe al visitante con un despliegue de belleza natural, al estar rodeado de jardines perfectamente cuidados, pavos reales engalanan el sitio y, sin menospreciar a la fauna restante, también hay gansos, patos y perros xoloitzcuintles.
El citado museo se caracteriza por tener en su acervo el mayor número de obras, a nivel mundial, de Diego Rivera y Frida Kahlo; también cuenta con obras de Angelina Beloff, quien fuera pareja de Rivera durante el tiempo que éste estuvo en Europa; asimismo, alberga producción de Pablo O´Higgins, quien fungió como asistente de Rivera en algunas obras. Asimismo, posee más de 900 piezas de arte prehispánico.
Ya dentro de las salas, que se encuentran en lo que fuera el casco de la hacienda, se aprecia en un primer término, obras correspondientes al período del protocubismo y del cubismo analítico de Rivera, así como del cubismo sintético. Todas las salas de esta área se encuentran eclécticamente decoradas, encontrando en una esquina alguna figura precolombina e inmediatamente después, alguna pintura al carbón, o al óleo, al igual que obras de su período español
El genio de Rivera se hizo patente desde temprana edad y muestra de ello es el retrato que hiciera de su madre, a los 10 años de edad, mismo que se encuentra exhibido.
Tuvimos oportunidad de apreciar diversas obras relacionadas con la vida diaria del mexicano así como con la construcción de este gran país que es México; en este lugar, los que lo desconocíamos, nos enteramos que la estrecha amistad que existió entre Dolores Olmedo y Diego Rivera, fue la artífice de esta grandiosa colección que ahora podemos admirar.
La producción de Frida Kahlo no se encuentra abierta al público, ya que acaba de regresar de una gira por Europa y, por labores de mantenimiento, será expuesta nuevamente en el mes de septiembre de este año.
También tuvimos acceso a las litografías de Pablo O´Higgins, quien plasma en ellas, escenas de la vida cotidiana, arte popular, nopales o cactus y la vida en el campo.
En una sala construida expresamente para ello, encontramos arte popular; vasijas, platos jarrones de barro, máscaras de Guerrero, un monumental árbol de la vida, árboles de la muerte, linternas, vestimenta, juguetes, en fin, objetos que forman parte de la vida de nuestros artesanos y de la vida de los mexicanos.
Terminada la visita, nos dirigimos al embarcadero de Nativitas, donde, bajo un sol esplendoroso, nos esperaban nuestras trajineras con sus respectivos nombres: Santa Mónica y San Agustín; una vez en nuestros lugares, emprendimos la partida y, acompañados por la música de la marimba y después de los mariachis, que algunos de los asistentes contratamos, comimos un reparador almuerzo, mientras entre bromas y fotos, comentábamos los sentimientos provocados por la belleza que nos regaló el Museo Dolores Olmedo.
Tiempo después regresamos al embarcadero, con una grata sensación de calma y paz, después de haber departido con la comunidad de Santa Mónica.
Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Cultura.
