ENCUENTRO DE PEQUEÑAS COMUNIDADES

El pasado 15 de octubre tuvo lugar el Primer Encuentro de Pequeñas Comunidades 2022 de nuestro Templo de Santa Mónica, donde una cuarentena de laicos comprometidos escuchó de viva voz la exhortación de nuestro rector fray Melchor Benito Benito.

Los asistentes se mostraban emocionados y cómo no? Para algunos era la primera ocasión que se reunían presencialmente, después de la pandemia. Y es que, aunque se oiga muy trillado, la pandemia puso un alto a gran parte de las actividades de nuestra rectoría, entre ellas, las reuniones semanales de las Pequeñas Comunidades.

Ahora, debemos dar vuelta a la página y recomenzar, y esa fue la intención de fray Melchor al organizar este evento.

Se hizo una remembranza de los inicios de las Pequeñas Comunidades, mismas que empezaron como un esfuerzo para ayudar a la gente a resolver problemas personales, existenciales, vacío interior, búsqueda de sentido de vida; quienes dieron inicio a esta forma de vida se preguntaron qué podían ofrecer, qué buscaban los que acudían a Santa Mónica, y a su vez, cómo podían participar estas mismas personas en las actividades del templo.

Organizaron y llevaron a cabo retiros de unas horas y posteriormente de todo un día y poco tiempo después, llevaron a cabo los Talleres de Espiritualidad y los Retiros de Reiniciación, además programas de Perseverancia, Biblia I y II; asimismo, escribieron pequeños libros como Comunidad Lugar de Perdón y Fiesta, Búsqueda y Encuentro, Lámparas de Barro, Desarrollo Libre, que se convirtieron en verdaderos manuales para la perseverancia de las Pequeñas Comunidades, mismas que llegaron a contar con 800 miembros; gracias a este esfuerzo, se incrementó el apoyo psicológico, así como el económico, laboral (había bolsa de trabajo) y cultural, haciendo turismo religioso en el país y fuera de él, así como conferencias de varios tipos.

Como en todos los grupos humanos, las Pequeñas Comunidades no estuvieron exentas de problemas, mismos que, con ayuda de los coordinadores, algunas pudieron solucionar, otras se separaron definitivamente, pero gracias a la constancia y no obstante los problemas y secuelas que ha dejado la pandemia, todavía tenemos a varias, cuyos miembros desean avivar la llama del amor de Dios, amor que les llamó para integrarse en grupo y que desean ser parte activa en el proceso evangelizador.

Fray Melchor resaltó la importancia de las labores realizadas en el pasado y del compromiso que como laicos hemos adquirido y cumplido y más importante aun, vivir la alegría de la presencia de Dios en nuestra vida, no obstante que tengamos alguna pena.

Evangelización, retomar la alegría del evangelio, compartir el evangelio, renovar, iglesia en salida, evitar la laxitud espiritual, el apegarse a formas del pasado o a doctrinas rígidas, el buscar el poder, la fama, el reconocimiento, el dinero, fueron palabras que calaron en el ánimo de la audiencia. Debemos buscar otro perfil del evangelizador.

¿Cómo vivimos nuestra fe? Debemos hacer una conversión definitiva, la Eucaristía nos da la fuerza para llevarla a cabo.

Trabajar en equipo, tenemos una corresponsabilidad y hacer un lado aquello de que “siempre se ha hecho así”, – sé que los laicos pueden aportar mucho – , fueron sus palabras.

El evangelio es de todos y para todos, todo el mundo debe vivir la experiencia de Dios, todos somos discípulos y misioneros; la piedad popular debe ser ejemplo edificante para todos, de ahí que se deba luchar contra el cristianismo elitista.

La evangelización tiene una dimensión social y su primera opción debe ser: los pobres, que cada vez son más.

En cuanto a paz social, indicó que la parroquia debe ser agente de sintonía, de sentido de vida; la vida pasa muy rápido pero tenemos que trabajar para evangelizar más y mejor; debemos permanecer unidos ante la adversidad; estamos en comunidades y ministerios en las cuales no todos participamos de los sacramentos ni en las actividades del templo, debemos alentar a los otros a hacerlo.

Nos dijo fray Melchor que el Papa propone a María nuestra Madre como sentido de Iglesia, al decir Jesús a Juan – he ahí a tu madre – y a María – he ahí a tu hijo – María es la estrella de la nueva conversión; asimismo comentó que es tiempo de entusiasmarnos y testimoniar, aprender de la sinodalidad, espiritualidad, comunión y pastoral de santidad y poder vivir de acuerdo a estos preceptos.

La reunión finalizó con la bendición de nuestro rector, quedando en el ánimo el deseo de llevar a cabo la labor de evangelización tan necesaria a la comunidad, comenzando por el entorno propio. ¿Te atreverás a hacerlo?

Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación.