Así como los feligreses de Santa Mónica tenemos diferentes gustos y aficiones, así también la vida cultural de nuestro templo es muy diversa, algunos disfrutan ir al teatro, otros al cine, otros la lectura de un buen libro, unos se sienten atraídos a ir a museos y contemplar pinturas y esculturas, pero en lo que la mayoría coincide es en que la música es también cultura y hay para todos los gustos.
Para la gente que disfruta la música clásica, es un deleite el escuchar a un músico tocar un instrumento de cuerda y más aun si éste pertenece a la manufactura de Stradivari, es decir, de un Stradivarius, ya sea violín, viola o violonchelo.
El sábado 29 de octubre el templo de Santa Mónica nuevamente adquirió carácter de sala de conciertos, puesto que recibió a dos magníficos músicos mexicanos de talla internacional como son los maestros Antonio Orozco en el piano y Ulises Arreola con un violín Stradivarius.
Gracias al Ministerio de Cultura, que organizó este evento, muchos de los asistentes tuvieron la oportunidad de escuchar por primera vez, los finos acordes extraídos de un instrumento musical tan preciso y preciosamente manufacturado, ni qué decir de la maestría y entrega del Maestro Arreola en cada pieza musical ejecutada. ¡Todo un regalo para los oídos el escuchar el dueto formado por ambos maestros!
Ambos intérpretes tienen una esmerada formación en el ámbito musical y podemos dar una pequeña semblanza de la misma a continuación:
El maestro Ulises Arreola comenzó a estudiar en Monterrey, Nuevo León bajo la tutela de Elisabeth Schaerl y Tatiana Kotscherguina, con sólo 16 años parte a Suiza, donde estudia en la Zürcher Hochschule der Künste con Marianne Haeberli; se graduó como concertista en Musik-Akademie Basel, en Basilea, bajo la orientación de Adelina Oprean; también estudió en el Conservatorio de la Svizzera Italiana (Suiza Italiana) con Massimo Quarta. En Blonay Suiza, asistió a la Menuhin Academy aquí recibió Masterclasses de Liviu Prunaru y Alberto Lysy. También tomó clases con el Director de Orquesta Jörg Faerber. Además de hablar 5 idiomas y tocar un Stradivarius que data de 1695, Ulises ha tocado y dirigido orquestas tanto en México como en Europa.
Antonio Orozco inició sus estudios de piano en Guadalajara, Jalisco con Ulises Arreola. Ha asistido a Masterclasses en Zurich, Suiza con Andreas Szalatnay, Karl Scheuber; en Winterthur, Suiza ha recibido Masterclasses de la maestra de origen japonés Naoko Okada. Con el maestro Ulises Arreola ha formado un Ensamble Barroco y con éste ha tocado en calidad de solista en México y Suiza. Como solista, Antonio es muy solicitado tanto en México como en Europa.
Ataviado en smoking, dando al momento la solemnidad y seriedad habituales en este tipo de actos, el dueto comenzó con el Concierto de Violín en Mi Mayor de Bach BWV 1042; las notas se fueron convirtiendo en música que invadió nuestros sentidos.
Los aplausos no se hicieron esperar al terminar esa y las siguientes piezas que interpretaron como fueron Sonata 22 en La Mayor de Mozart KV 305, Aires Gitanos de Pablo Sarasate, Introducción y Rondó Caprichoso de Saint-Saëns, música que adquiere tonos celestiales, que enaltece el espíritu, que logra la comunión con el resto de la humanidad, que al ser tocada con una sensibilidad exquisita, la contagia a la audiencia a la que ha embelesado con tanta belleza.
Para el Encore (encore es una palabra francesa que significa otra vez, un poco más. En el mundo de la música clásica se utiliza para pedir al artista, por medio de aplausos, una vez que ha terminado su actuación, una pieza musical más; en otro tipo de conciertos la gente grita; otra, otra), los artistas interpretaron Danza Húngara de Brahms y, no podía faltar, el Ave María de Schubert.
Así dio por terminada una bella y magnífica demostración de lo que es amar el arte y tener la disposición de, y destreza para transmitir, lo que nos transportó a alturas insospechadas, gracias a la preciosa música que escuchamos.
Colaboración: Mari Carmen Benítez Rincón. Ministerio de Comunicación.