Los católicos tenemos la certeza de que el alma trasciende y, por lo tanto, el fallecer del cuerpo significa la oportunidad de ir al Creador, al Dios que tanto anhelamos ver. Sin embargo, contadas personas se alegran cuando alguien es llamado a la presencia del Señor, ya que, como humanos que somos, no podemos evitar la tristeza ante la certeza de saber que no volveremos a ver a ese ser querido.
Algo que hacemos para paliar ese sentimiento, es el celebrar la vida de esa persona que de una u otra manera impactó la nuestra, mediante una relación, sobria y solemne, a veces salpicada de anécdotas que nos arrancan una sonrisa.
Sea la presente una pequeña muestra de reconocimiento de la Comunidad de Santa Mónica a la vida de fray José María Pérez García, nuestro querido fray Chema.
Fray Chema nació el 11 de abril de 1946 en Atapuerca, Burgos, España. Ahí estudió la primaria; después de la preparación secundaria, hizo los estudios de filosofía en el colegioSan Nicolás de Tolentino, en Fuenterrabía, Guipúzcoa; el año de noviciado lo vivió en el convento de Monteagudo, Navarra; estudió teología en Marcilla, Navarra, donde también hizo su profesión solemne en 1971, siendo ordenado sacerdote el 29 de junio de 1972.
Obtuvo licenciaturas en Filosofía pura, Filosofía y Letras, así como una Maestría en Programación Neuro Lingüística.
Se dedicó durante 16 años a la actividad pastoral y a la docencia en la casa de formación San Pío X y en el colegio Fray Luis de León de Querétaro, donde además logró se construyera un magnífico polideportivo; posteriormente colaboró activamente en las rectorías de Santa Mónica (1979 y 2012 a 2019), San Nicolás de Tolentino de Churubusco (1985 a 1988 y de 1994 a 2000), así como en las parroquias de San Martín de Porres, en Cd. Cuauhtémoc, Chihuahua (2000 a 2004), Nuestra Señora de Guadalupe de los Hospitales (2004 a 2009) y Jesucristo Crucificado (2009 a 2012).
Hombre alegre, con facilidad de palabra, las relaciones interpersonales eran algo que se le daba naturalmente; pronto a ofrecer su ayuda en la comunidad religiosa, sus hermanos de orden así lo recuerdan; era el ejemplo de que, para lograr algo, hay que sumar esfuerzos, hay que explorar otras áreas de oportunidad, buscar soluciones.
Tenía muchos amigos provenientes no únicamente del ejercicio de su ministerio, sino entre los religiosos también; gustaba de acompañar a la gente no sólo en los momentos buenos, sino también en los difíciles; siempre dispuesto a escuchar y ayudar en todo lo posible; le agradaba estar enterado de lo que ocurría en su orden religiosa, en México y en el mundo; más de una vez se le escuchó hacer reflexiones valiosas con respecto a los movimientos sociales en nuestro país, motivando a los oyentes a prestar auxilio en la medida de sus posibilidades.
¡Fray Chema disfruta de la fiesta del Señor desde el 19 de octubre de 2020! ¡Alabado sea Dios nuestro Señor!
Colaboración: Mari Carmen Benítez Rincón. Ministerio de Comunicación
1 Comment
Patricia Gregory
Lamento muchísimo la muerte e del Padre escibia padrisimo y era una persona increíble que DNS lo tenga en su santa gloria