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FESTEJANDO A SAN AGUSTÍN CON MONSEÑOR ACERO

El 28 de agosto celebramos a nuestro padre San Agustín, y nuestros frailes agustino-recoletos organizaron una misa solemne la cual fue oficiada por Monseñor Francisco Javier Acero Pérez, quien es de extracción agustino recoleta (OAR), como seguramente lo recordarás.

 

El templo tuvo una audiencia importante y cómo no, se trataba de la fiesta del santo que dio origen a la orden religiosa de los frailes que guían a nuestra comunidad; no sólo hubo una importante representación de parte de la Fraternidad Seglar Agustino Recoleta (FSAR), sino también de parte de la feligresía, así como de muchos jóvenes.

En su homilía Monseñor Acero nos recordó la importante labor que como pastor, llevó a cabo San Agustín no sólo en su comunidad de hermanos consagrados al Señor, sino también en el área geográfica que le fue asignada y de la cual fue obispo: Hipona, hoy Annaba en Argelia; asimismo nos invitó a formar Iglesia y unirnos a la comunidad decanal y a la de la 5a. Vicaría, que es a la que pertenecemos. Todos hacemos Iglesia, fueron sus palabras.

Al finalizar la Santa Misa que fue concelebrada  por Monseñor Francisco  Javier  Acero Pérez, junto con nuestro rector fray Melchor Benito Benito y fray Manuel Abecia Marquínez, pasamos al salón San Agustín, en donde Monseñor Acero nos brindó una conferencia acerca de la juventud de San Agustín, a la cual se había invitado previamente a la feligresía de la comunidad de Santa Mónica, así como a otras parroquias de la OAR y del 2o. decanato al cual pertenecemos.

En su charla, Monseñor Acero, habló claramente acerca de la juventud y de que si ella se ha alejado de la Iglesia, se debe a que nosotros nos hemos alejado de ellos; en las homilías deberían dirigirse también  palabras a los jóvenes , nuestro lenguaje y actitudes no han sido de acogida ni de paciencia.

El expositor hizo un  paralelismo relámpago entre lo que vivió  San Agustín a quien le tocó un cambio de época, África estaba a punto de ser atacada por los bárbaros quienes iban bajando desde Italia; su vida fue de búsqueda y deseo de Dios. San Agustín además de haber vivido en un ambiente social donde su padre aprovechó sus relaciones, supo actuar con empeño, con voluntad, de lo cual carece la juventud actual, ya que está más atenta al celular o a la tablet, en vez de mirar a los ojos a los que le rodean, esto es una crisis; en tiempos de San Agustín la crisis se traducía en luchas a muerte que se convertían en espectáculo.

En la época del Santo que nos ocupa, no había índices de suicidio entre la juventud, en México tenemos el índice más alto en Latinoamérica y esto se debe a que les hemos dejado solos. La juventud de aquélla época buscaba destacar intelectual o militarmente. Muy joven tuvo un hijo (Adeodato) con una mujer con la que posiblemente se casó por lo civil, se hizo responsable de él y cuando el chico murió, la vida le fue cambiando a San Agustín.

En la evangelización, la atracción de los jóvenes a la Iglesia, debe haber convicción y ejemplo, hablemos con nuestras obras, los jóvenes necesitan faros de esperanza; no simulemos la fe, nos dijo el conferencista.Los jóvenes necesitan límites, no podemos ser permisivos todo el tiempo, deben tener guías, lineamientos, aprender relacionándose con la gente,  los jóvenes quieren al Dios de su tiempo y de su historia, como ha sucedido en el pasado en otras generaciones, añadió.

 

La mujer tiene un lugar preponderante en la sociedad, su ejemplo es el que palpa  la niñez; no hemos tenido la audacia y creatividad necesarias, los padres de familia deben entender que la primera comunión y la confirmación no son un evento, son un proceso de fe y, de parte de la Iglesia, no se ha hecho por hacer sentir a la gente, niños, jóvenes, adultos, que el templo es comunidad y que aquí se sientan en casa.  La formación debe ponerse en práctica en el ámbito en el que nos desenvolvemos o divertimos, ya sea la casa, el parque, el club, el trabajo.

La búsqueda de Dios en San Agustín, se traduce en su deseo de trascender y conoce a San Ambrosio; nos debemos dejar sorprender por Dios, hay jóvenes que lo siguen buscando en nuestros días; los nuevos areópagos no van a venir por carteles pegados en la iglesia; hablamos de amor y ahí está Dios; los jóvenes están acompañando a los necesitados y no necesariamente acuden a misa, pero sí ayudan a los pobres y ahí están buscando a Dios; Dios está en las estructuras sociales y los jóvenes lo demuestran al solidarizarse con ellas.

En cuanto al deseo de Dios, el joven necesita la magia del silencio y que sepa sentir los latidos de su corazón, fueron las palabras de Monseñor Acero;  orar en silencio es lo que desean los jóvenes; nos recordó el movimiento juvenil cristiano que se llama Hakuna, que comenzó en 2013 y que entre otras cosas, lee la escritura, canta, medita, guarda silencio. La esencia de la meditación es el encuentro con Jesús, para después alimentarnos del cuerpo de Nuestro Señor, comentó Monseñor  Acero.

Cómo acompañar a los jóvenes en el silencio, se le preguntó al expositor,  él contestó que deben buscar a un guía que a base de dinámicas les enseñe a hacerlo, alguien que les acompañe en ese proceso, lo cual es muy diferente al silencio que se guarda en un evento juvenil.

Hubo una aportación de un joven fraile agustino recoleto (fray José Antonio)  quien  hará su profesión sacerdotal próximamente; su testimonio fue de entusiasmo, su sinceridad agradó a la audiencia, con la cual compartió que sintió el llamado a la vida religiosa y que él dijo sí, no obstante las dudas que le asaltaron y el poco aliento de parte de su familia; las familias deben interactuar con los chicos para crear puentes de comunicación con sus hijos, hay que estar atentos a las inquietudes de los niños, de ahí emana la vocación; no usar a Dios como elemento de castigo, eso provoca miedo a ir a la iglesia,

Utilizando la frase de San Agustín: pido para ti y para todos (especialmente los jóvenes), una mente sana, un espíritu sosegado y una vida llena de paz, agradeció la presencia de todos, sobre todo la de los jóvenes, a quienes necesitamos en la construcción de esta Iglesia del S XXI (acotación especial hecha por Monseñor Acero), finalizó la charla y la ovación general no se hizo esperar.

Colaboración: Mari Carmen Benítez Rincón. Ministerio de Comunicación.

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