Bajo un radiante cielo azul y con un cálido ambiente de fraternidad, el atrio del templo de Santa Mónica se convirtió nuevamente en el escenario de una de las iniciativas más esperadas del año: el Gran Bazar en su décima tercera edición, un evento que ha logrado consolidarse como una expresión tangible de solidaridad y compromiso cristiano.
Este bazar, organizado con gran dedicación por los integrantes de la Pastoral Socio Caritativa, tiene como misión principal apoyar a instituciones que trabajan en favor de quienes más lo necesitan: Cardi, Monte Halac y El Recobro. Gracias a la entrega y esfuerzo de muchos corazones generosos, se obtuvo una gran variedad de donativos que, tras un minucioso proceso de clasificación y organización, fueron dispuestos en los distintos puestos para su venta.
La jornada comenzó con un momento especial de reflexión y oración. Fray Wilfrido Yépez López, miembro del equipo sacerdotal de Santa Mónica, inició este evento ofreciendo una emotiva bendición sobre el trabajo realizado, recordando a los presentes la importancia de la caridad y del servicio a los demás. Con sus palabras, destacó que este bazar no es solo una actividad comercial, sino un testimonio de amor en acción, donde cada objeto vendido representa una ayuda directa a quienes lo necesitan.
Desde temprana hora, los visitantes comenzaron a recorrer los puestos instalados en el atrio del templo, explorando con entusiasmo la amplia oferta de productos disponibles. Desde ropa en excelente estado hasta artículos para el hogar, juguetes, libros y accesorios, cada objeto tenía una historia detrás y una nueva oportunidad de ser útil en otro hogar.
Más allá de la recolección de fondos, el bazar es un recordatorio del poder de la comunidad cuando se une por un bien mayor. Cada prenda donada, cada objeto cuidadosamente acomodado y cada compra realizada representan una cadena de generosidad que fortalece los lazos entre los participantes.
Los integrantes de la Pastoral Socio Caritativa han trabajado incansablemente durante semanas para hacer posible este evento. Su labor comienza mucho antes del día del bazar, dedicando largas horas a recibir, seleccionar y organizar los donativos. Su entrega es una muestra palpable de servicio y amor al prójimo, valores fundamentales dentro de nuestra comunidad.
A medida que avanzaba la jornada, la satisfacción era evidente en el rostro de los asistentes. Algunos encontraban artículos útiles para su hogar, otros adquirían prendas de vestir a precios accesibles, y muchos simplemente disfrutaban del ambiente de hermandad que se respiraba en el atrio del templo.
El Décimo Tercer Gran Bazar en Santa Mónica no solo cumple con su propósito de apoyar a las instituciones beneficiadas, sino que también refuerza el espíritu de comunidad y solidaridad que caracteriza a nuestra comunidad. Cada edición de este bazar nos recuerda que, cuando trabajamos juntos con amor y generosidad, logramos impactar la vida de muchas personas y llevar un mensaje de esperanza a quienes más lo necesitan.
Que esta hermosa tradición continúe por muchos años más, y que cada nueva edición sea un reflejo de la bondad de quienes hacen posible esta obra de amor. Recuerda: tu ayuda, ayuda.
Colaboración: Mari Carmen Benítez Rincón. Ministerio de Comunicación.
Fotografía: Marycely Martínez .