Hace unos días, con profunda emoción, leíamos el texto del padre Javier Leoz,
párroco de la iglesia de San Lorenzo en Pamplona, España: ¿Que no habrá
Navidad? El título con referencia a que debido a la pandemia, la gente no podrá,
entre otras cosas, reunirse en grandes grupos familiares, como se acostumbra. La
respuesta es Sí. Por supuesto que la habrá y la festejaremos de un modo diferente
y nuestros corazones estarán en sintonía con esa Primera Navidad, carente de
lujos y festejos tumultuosos, pero abundante en amor, paz, armonía, regocijo,
fraternidad, esperanza; será una hermosa Navidad.
Para llegar a esa fecha tan esperada, primero hay que prepararse y ese es el
motivo del Adviento: adventus Redemptoris es decir, venida del Redentor, tiempo
de reflexión, de perdón, de arrepentimiento y de alegría y como símbolo palpable
tenemos la Corona de Adviento.
Seguramente conoces los elementos que conforman la Corona de Adviento, así
como su significado; sin embargo, por si has olvidado alguno, helos aquí:
Es circular, porque el círculo es la figura geométrica perfecta, no tiene principio ni
fin; así nos recuerda que Dios es eterno, no tiene principio ni fin. Es en este círculo
donde nos movemos, vivimos, aceptamos a los demás, donde todos nos vemos
implicados.
Las ramas son verdes, frescas, que indican esperanza, vitalidad, estamos a la
espera de la gracia del Señor.
En la corona se colocan cuatro velas, que deben ser de preferencia, 3 de color
morado y una de color rosa; algunas personas añaden una quinta vela, que es la
vela de Cristo. Se encienden las velas en este orden:
Primer domingo de Adviento: morada y significa esperanza.
Segundo domingo de Adviento: morada y significa fe.
Tercer domingo de Adviento o Domingo de “Gaudete”: rosa y significa alegría.
Cuarto domingo de Adviento: morada y significa paz.
En caso de tener la quinta vela, ésta deberá ser blanca y se enciende en Navidad.
Posteriormente al encendido de cada vela, se hace una oración y una lectura,
preferentemente bíblica, del antiguo testamento, referente a la esperanza profética
que se tenía en la llegada del Mesías, o bien, si se lee el nuevo testamento, algo
anterior al nacimiento de Jesús o al comienzo de su vida pública; Cristo, en todo
su esplendor, rompe las tinieblas y con su luz, ilumina nuestras vidas.
La corona se lleva a bendecir el primer domingo de Adviento y se coloca en
casa en un lugar que sea digno, recuerda que estamos preparándonos para la
venida de nuestro Salvador.
Este domingo 29 de noviembre, en nuestro querido templo de Santa Mónica, se
bendecirán las coronas de Adviento al finalizar las misas de 10:30 AM, 12:00 PM,
13:30 PM y 18:00 PM
¡Que este tiempo de Adviento nos sirva para prepararnos a recibir a Jesús, con un
corazón inflamado con su amor, por su amor!
Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación
