Agradecimiento, paz, alegría, felicidad, aprendizaje de vida, introspección, fueron algunos de los conceptos vertidos de manera muy sentida por los participantes en este primer Retiro de Reiniciación 2019.
No cabe duda que los invitados al Retiro hicieron suyas las palabras de los proclamadores, quienes, de una u otra forma, pedían a los primeros que abrieran su mente y su corazón a fin de vivir este encuentro personalísimo con el Dios vivo.
Nuevamente la comunidad de Santa Mónica se ha abocado a la tarea que nos pide la Nueva Evangelización en cuanto a hacer partícipes del reino de Dios a nuestros hermanos, sin importar su grado de cercanía a la Iglesia Católica, comunicándoles que el evangelio es siempre actual, siempre nuevo.
Después de ocho jornadas denominadas Taller de Espiritualidad, en las que los asistentes tienen la oportunidad de sensibilizarse con respecto a tópicos como El Sentido de la Vida, El Rostro del Padre, El Perdón, etc., se nos ofrece como punto culminante el Retiro de Reiniciación.
Resulta enternecedor el ver cómo los participantes van asimilando poco a poco los temas ofrecidos en el Retiro, y cómo, mediante las dinámicas relativas a aquéllos, van sacando a flote las emociones que se manifiestan en cada uno de ellos: ¡Es el Señor mismo que está moviendo esos corazones!
Gracias a diversas pláticas como son: El amor de Dios, El pecado del mundo, Jesús solución de Dios, Fe, Renuncia a Satanás, Vida Nueva, se va guiando a los asistentes a la conversión necesaria para cambiar del antiguo yo al nuevo yo; provocando el comprehender en mente y corazón que Dios nos quiere en forma individual desde el principio de los tiempos y gracias a una Liturgia Penitencial nos reconciliamos con Dios nuestro Señor, con nuestros semejantes y con nosotros mismos.
Otras charlas muy edificantes son las relativas al Señorío de Jesús, a la Promesa del Padre: esperar la venida del Espíritu Santo, aceptar al Espíritu Santo quien inhabita en nosotros, para finalizar con una Liturgia de Consagración, donde nos consagramos a Dios y ¡recibimos la efusión del Espíritu Santo a través de la imposición de manos!
Para cerrar con broche de oro la experiencia de tener un contacto íntimo con Dios, con Jesús y con el Espíritu Santo, todos fuimos invitados al Banquete del Señor, al cual acudimos vestidos de blanco, para denotar la alegría, paz y pureza de corazón que nos embargaba; con una solemne misa presidida por nuestro rector, Fr. Francisco Javier González Castellanos dimos gracias a Dios, por habernos concedido el terminar esta jornada con un corazón palpitante, deseoso de trabajar en expandir el reino del Señor, nuestro Dios.
Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación