Skip to content Skip to footer

Pentecostés y el Espíritu Santo

El pasado viernes 29 de mayo, miembros de los ministerios de
Proclamadores y Pastores ofrecieron una conferencia virtual sobre la
Fiesta de Pentecostés, venida del Espíritu Santo, lo que sirvió de
preludio para tan importante festividad.
Nuevamente el templo de Santa Mónica unió a su comunidad con una
charla que sensibilizó a la audiencia en cuanto a la importancia de
Pentecostés en nuestra vida cristiana.
Además del cumplimiento de la promesa de Jesús, al decir a sus
apóstoles que enviaría al Espíritu Santo – lo cual se verificó en el
cenáculo donde aquéllos, junto con la Virgen María, lo recibieron en
forma de lenguas de fuego, precedido por un fuerte viento, recibiendo
así al Santo Espíritu y pudieron comunicarse en diversos idiomas – ,
esta celebración marca el Inicio de Nuestra Iglesia, por lo cual
debemos felicitarnos y celebrar por todo lo alto el que el Espíritu
Santo les quitara el miedo a los apóstoles y se dieran a la tarea de
comenzar su labor de evangelización, misma que a nosotros nos toca
reproducir día con día, en nuestro entorno.
Se concluyó en la exposición que Pentecostés es Espíritu Santo y
que, parafraseando a José María Cabodevilla, la tarea del Espíritu
Santo es dar testimonio de Cristo; iluminar lo revelado por Cristo.
Tal vez te preguntarás: ¿Y cómo hago yo para acercarme al Espíritu
Santo? ¿Qué hacer para invitarle a estar presente en mi vida? Para
ello hay que meditar, pensar en Él, amarle, invocarle.
Meditar: confiando en Él, a sabiendas de que despierta en nosotros el
deseo de santidad.
Pensar en Él: con la certeza de que Su amor es infinito y eterno;
unirnos a María, ejemplo perfecto de esta acción.
Amarle: amarle y demostrárselo con hechos, nuestro amor
trascenderá algún día; evitemos ponernos trampas, salgamos de
nuestra mediocridad.

Invocarle: no necesitamos fórmulas complicadas para llamarle; la
jaculatoria Ven Espíritu Santo, enciende en mi alma el Fuego de tu
Amor, es suficiente para pedirle venga a nosotros; sólo hazlo.
¡Permitamos al Espíritu Santo entrar en nuestra vida, Él llama a la
puerta de nuestro corazón, a nosotros nos corresponde el abrirla!
Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación

Leave a comment