TRADICIONAL POSADA EN SANTA MÓNICA

La temporada decembrina adquiere tintes más alegres con la llegada de las posadas y en Santa Mónica no podía dejarse de lado esta ocasión tan especial, misma que reúne a familias enteras de nuestra comunidad; así pues, el pasado 16 de diciembre, día en el que formalmente comienzan las citadas festividades, tuvimos nuestra Tradicional Posada.

Una celebración de alegría, luz, color, compañía, camaradería, reconocimiento y unión fraterna se dio entre la concurrencia, la que rezó con devoción el rosario viviente en el cual intervinieron los niños del catecismo, posteriormente el canto de la letanía, el pedir la posada, romper las piñatas, actividades todas que llevan el sello de nuestra religión, nuestras costumbres y nuestra comunidad.

Un toque especial fue dado por la Juventud Agustino Recoleta, cuyos miembros pusieron en escena una magnífica pastorela, en la cual imprimieron su sello distintivo de jóvenes creativos e involucrados con la congregación, el aplauso sincero y entregado por parte de la comunidad a su espléndida actuación fue recogido por los chicos con sencillez y agrado.

¿Y qué decir de toda la comida, postres y bebidas que se pusieron a disposición de los asistentes? Todo fue elaborado o mandado a hacer con la idea de ofrecer algo de buena calidad, con sabor casero, que es lo que nos traslada a las posadas familiares y que se revive año con año.

Recordemos que durante dos años no tuvimos posada, debido a la pandemia y esto era algo que la gente pedía, no sólo por el gusto de convivir sino también y tan importante como aquello, porque los fondos recaudados se destinan a obras de beneficio social a instituciones como Cardi, El Recobro y otras.

Bajo la guía de nuestro rector, fray Melchor Benito Benito, se organizó el evento, gracias a los donativos y al tiempo de laicos comprometidos , se concretaron acciones como fueron: coordinar los platillos evitando repetición de los mismos, el asignar sitios para cada tipo de alimento o bebida ofrecidos en los atrios del templo, incluir los elementos decorativos, elaborar el programa de trabajo para ese día, la asignación de “bancos”, el control de entradas y salidas, y eso conlleva tiempo y dedicación. Asimismo, el supervisar que los atrios quedaran limpios, una vez terminado el evento, libres de cualquier objeto que indicara que horas antes había habido una gran celebración.

El esperado día llegó y todo se llevó a cabo en una gran fiesta, en un ambiente de alegría y regocijo, los comentarios de la gente no se hicieron esperar: estaba encantada con la calidez, el clima de fraternidad y cooperación, con la alegría que manifestaban chicos y adultos ¡Todo estaba a punto! Hacía dos años que no habíamos tenido la oportunidad de encontrarnos en esta reunión tan mexicana y, como antaño, tuvo un gran éxito.

¡Felicidades a toda la Comunidad de Santa Mónica por haber participado de una u otra manera en la consecución de un loable objetivo que a la vez fortalece nuestros lazos de unión!