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El Via Crucis – 19/Abr/2019

Poco a poco fuimos llegando al Templo de Santa Mónica, ubicado en la colonia del Valle de la ciudad de México. El ambiente en este viernes de 2019 era triste, el altar desnudo, las puertas del Sagrario abiertas, nos faltaba el Santísimo, lo habían reservado fuera de ahí. Algunos parafraseábamos a las santas mujeres del evangelio “. . . se han llevado al Santísimo y no sabemos dónde lo han puesto . . .”  Los colores predominantes en la vestimenta de los asistentes: los obscuros, pues íbamos a recordar y transitar el camino que el Señor Jesús había recorrido desde Getsemaní hasta el sepulcro recién excavado en la roca, como nos refiere el Apostol San Lucas en su Evangelio (Lc 23, 53).

A diferencia del tránsito festivo, victorioso del Domingo de Ramos, donde los vítores eran de Hosana al Rey de los Judíos tapizando el camino con palmas festejando la realeza que nos visita, hoy íbamos en pos de un despojo humano, sin rostro de hombre, como lo describe Isaías.

A las doce del mediodía recorreríamos por el parque de San Lorenzo las mismas catorce estaciones que nuestro Rey convertido en el hazmerreír de judíos y romanos siguió dentro del recinto de Jerusalén.

En la imagen podemos ver el camino que Xto. tuvo que recorrer desde el momento en que fue condenado hasta su muerte en la infame Cruz y fue sepultado. Ahora durante catorce veces quienes asistimos no lo vitoreamos. Ahora reconocimos que fuimos causantes de sus sufrimientos y le dijimos “pequé Señor, ten Piedad y misericordia de mi alma”. En cada estación, a cargo de alguna pequeña comunidad, se reflexionó y se rezó para continuar la vía.

Ya de regreso en el Templo, éste se llenó en su totalidad. Fray Javier pronunció el Sermón de las Siete Palabras de una forma nada habitual. Fue totalmente participado, él hacía la reflexión de una de ellas, e inmediatamente después los fieles ejecutábamos una acción o cantábamos algún canto alusivo.

Todos salimos y dejamos el altar desnudo y el Sagrario abierto y vacío, pero llevándonos a Jesús en nuestros corazones y en nuestros pensamientos.

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