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ORDENACIÓN PRESBITERIAL

Pocos miembros de la Comunidad de Santa Mónica habían tenido la oportunidad de presenciar una ordenación presbiterial en nuestro templo, de hecho, la más reciente tuvo lugar hace más de cuarenta años, según nos comentó fray Manuel Abecia M; la espera rindió fruto, ya que, gracias a Dios, el pasado 13 de julio, fuimos felices testigos de una doble ordenación, puesto  que los frailes Eduardo Chávez Téllez Girón y Sergio Pérez García recibieron el orden sacerdotal.

 

El atrio, alegremente adornado con tiras multicolores de papel picado, recibió a varios cientos de personas, muchas de las cuales procedían del estado de Guerrero, cuna de fray Sergio  Pérez, y otras, de la alcaldía Azcapotzalco, de donde proviene la familia de fray Eduardo Chávez; el templo reluciente, como lo merecía la ocasión y profusamente adornado con bellas y frescas flores, estaba  poblado de mucha gente nueva y también de caras conocidas todas ellas hermanadas ante el importante acontecimiento que íbamos a presenciar.

 

Recordemos que en la Iglesia Católica hay tres tipos de ordenación: la episcopal, la presbiterial  y la diaconal, las dos primeras participan del sacerdocio de Cristo y el diácono apoya a las dos anteriores,  en este caso nos ocupa la presbiterial, en la cual se confirió el orden sacerdotal a los ordenandos, recibiéndola de manos de Monseñor Francisco Javier Acero Pérez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, quien estuvo acompañado de fray Carlos González Castellanos, Prior de la Provincia San Nicolás de Tolentino  y de fray Juan Carlos Avitia Aguilar, quien es Vicario General de la citada Provincia.

En su homilía fray Juan Carlos  Avitia dijo a  los ordenandos que ellos  se configuran con Cristo sacerdote para estar al servicio del Pueblo de Dios y que  deben formar un corazón de pastor atento a todos y, en especial, a los pobres.

La ceremonia consta de tres ritos que son el preparatorio, donde se presenta a los candidatos, homilía del celebrante (en este caso a cargo de fray Juan Carlos), promesas sacerdotales y promesa de obediencia. Seguidamente viene el rito central con  la Súplica Litánica dirigida a los santos para que intercedan por los ordenandos, en ese momento éstos se postraron en tierra en señal de humildad, de amor y de entrega a Dios quien los ha llamado; también forman parte de este fase la imposición de manos por parte del obispo y los sacerdotes que acompañaron el evento y la oración consagratoria; el rito complementario comprende la investidura de los ornamentos sacerdotales, unción de las manos, lo cual hace el obispo, ungiendo con el santo crisma a los ordenandos y esto señala que los nuevos ordenados son otro Cristo, por así decirlo, el obispo mismo entrega a los nuevos sacerdotes el cáliz y la patena con el vino y el pan respectivamente, lo que indica que el sacerdote está ordenado para celebrar el sacrificio eucarístico y que él mismo participa en el sufrimiento y la cruz redentora del Señor. Por último se da el abrazo de la paz, los nuevos sacerdotes se acercaron a Monseñor Acero y recibieron de él el abrazo y el beso de la paz.1

 

Sin temor a equivocarnos, podemos decir que hemos vivido una jornada extraordinaria y profundamente emotiva con la ordenación sacerdotal de nuestros queridos hermanos. La ceremonia, cargada de simbolismo y espiritualidad, nos recordó el poder del llamado Divino y la belleza del servicio a nuestra fe.

Hubo momentos que tocaron nuestros corazones de manera especial, como cuando los ordenandos dieron respuesta a la preguntas formuladas por el obispo, sellando así su compromiso con Dios y con la Iglesia, o como cuando los padres de los nuevos sacerdotes los abrazaron con lágrimas de orgullo, felicidad y amor, al recibir la bendición de sus hijos ya ordenados sacerdotes y cuando la comunidad entera los rodeó en una bendición conmovedora, manifestando el inmenso apoyo y cariño que todos sentimos por ellos.

Estos instantes nos hicieron recordar la importancia de la vocación y el compromiso con el camino de Dios. Nos sentimos llenos de esperanza y alegría al saber que nuestros nuevos sacerdotes guiarán a las  comunidades que les sean asignadas,  con dedicación y amor.

 

No podemos dejar de destacar la labor tan bien organizada del equipo que se formó, para poder recibir a todos los invitados a esta magnífica celebración, el trabajo que se llevó a cabo incluyó desde limpieza profunda del templo, elaboración de arreglos florales y decoración del interior del salón San Agustín así como del atrio, asignación de labores de servicio de comida y bebidas, así como limpieza de todas las áreas y otros detalles más; queríamos que todos los invitados se sintieran acogidos y el sentir general así fue; una calurosa felicitación a todos los participantes en esta labor de amor y entrega a Dios y al prójimo.

Que Dios continúe bendiciéndonos con momentos tan hermosos y significativos como este. Sigamos unidos en la fe y en la alegría de compartir juntos este camino espiritual. ¡Felicidades fray Sergio y fray Eduardo! ¡Dios les bendiga ahora y durante el resto de sus vidas!

Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación.

Fotografía: Mari Carmen Santa Ana, Rosario de la Torre, Mari Carmen Benítez.

1) https://regnumchristi.es/wp-content/uploads/2020/10/Libreto-Misa-ordenacion-P-Rafael-Pou.pdf

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