Todo comenzó el 18 de septiembre pasado, cuando con gran entusiasmo se dio comienzo al Taller de Espiritualidad que constó de ocho sesiones y, como no hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla, el 9 de noviembre dimos comienzo al Retiro de Reiniciación, tan esperado por todos los asistentes al mencionado taller, ya que representa la culminación de un período de sensibilización para tener un encuentro personal con Jesús.
Fuera y dentro del Salón San Agustín, todo era actividad ya que se estaba por recibir a un nutrido grupo de gente que, entre expectante y ansiosa, hacía su entrada poco a poco; entre el bullicio, las caras conocidas se iban saludando y haciendo pequeños corrillos, hasta que, a las 5:30 en punto dio comienzo la primera sesión del tan anhelado Retiro de Reiniciación.
Se hizo la presentación de los diferentes ministerios que hicieron posible este evento y después de agradecer al Señor, así como de encomendarle nuestra empresa, se dio comienzo al acto. Se expusieron dos temas que sirvieron para reflexionar, estos fueron: El Amor de Dios y El pecado del mundo.
Cabe mencionar que el Retiro de Reiniciación se compone de exposiciones, dinámicas y charlas en grupos pequeños llamadas pastoreos, con las dos últimas se refuerza la información obtenida en las exposiciones.
Gracias a la dinámica correspondiente, resultó muy conmovedor ver la reacción de la gente al comprender que el Amor de Dios es eterno, que nos ama desde el mismo principio del universo y que cada uno de nosotros somos sus hijos amados, sin importar los errores cometidos, porque Dios es la esencia del amor. Cada dinámica tuvo su propio sello.
El sábado, con una agenda ambiciosa en cuanto a temas, pero sumamente enriquecedora en su contenido, tuvimos una Liturgia Penitencial, misma que nos hizo interiorizar y examinar nuestra conducta y hacer las paces con nosotros mismos y con los demás, guiados por la misericordia de Dios.
El domingo, todos vestidos de blanco, después de escuchar dos conferencias, que nos sensibilizaron con respecto a Dios Padre y al Espíritu Santo, tuvimos la gracia de participar en el momento culminante del Retiro que es la Liturgia de Consagración: El Santísimo Sacramento, la ambientación del lugar, la solemnidad del momento, la imposición de manos por parte del grupo de intercesión, la música, todo se conjugó para hacer sentir en cada uno de nosotros que el Espíritu Santo estaba presente y que se había logrado el objetivo del Retiro de Reiniciación: ¡ TENER UN ENCUENTRO PERSONAL CON JESÚS VIVO!
Por último, con la celebración de una solemne misa, presidida por nuestro rector, Fr. Francisco Javier González Castellanos, quien estructuró el Retiro, dio por terminado un capítulo más de este proceso evangelizador, en la comunidad de Santa Mónica, marcando así el comienzo de una nueva etapa de discipulado y apostolado.
Colaboración: Mari Carmen Benítez R.