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NUESTRA SEÑORA DE LOURDES Y MISA DE UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

Como cada año, en la celebración de Nuestra Señora de Lourdes, se dispensó la unción de los enfermos a los feligreses que así se encuentran o que son adultos mayores o simplemente a los adultos que desean recibir el sacramento, puesto que, recordando las palabras del Papa Francisco, la unción de los enfermos nos hace sentir de cerca la compasión de Dios por los hombres; no sólo se necesita sanar el cuerpo, también  el alma.

Esta es una festividad que celebra la Iglesia Católica universal, rememorando la primera aparición de nuestra Madre a Bernadette Soubirous en el año de 1858. La Virgen habló a Bernadette y le dijo que Ella era la Inmaculada Concepción.

Debido a que, gracias a la Virgen de Lourdes, muchas personas han recuperado la salud milagrosamente, se le ha reconocido como la patrona de los enfermos.

En la homilía correspondiente, fray Manuel Abecia Marquínez, indicó que la finalidad de la unción de los enfermos, es recibir la ayuda, la fuerza, la gracia y la salud  de parte del Señor a través de este sacramento.  Antaño se le llamaba Extrema Unción, porque se le daba a aquellos que estaban agonizando; sin embargo ya no es así, no hay que esperar a los últimos momentos de la existencia humana para recibirla.

Hizo  mención fray Manuel en que en algunos libros del Nuevo Testamento, se menciona que nuestro Señor ponía especial atención a la  salud, y conmina a los Apóstoles a cuidar ese aspecto humano, por ejemplo en la carta del Apóstol Santiago “¿Está enfermo alguno entre ustedes? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo y, el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados “ St 5, 14-15

Hay tres momentos muy importantes en este acto que son: imposición de manos, acción de gracias por el Crisma (aceite)  y unción que hace el sacerdote a cada persona en la frente y en las palmas de la manos.

Cabe recordar el carácter que tiene el aceite de la unción, que es: fortalecimiento, protección y bendición; asimismo es signo del poder y presencia del Espíritu Santo.

Después de una oración colecta en la que se privilegió el gran regalo que significa recibir el sacramento de la unción, fray Manuel Abecia M., y fray Melchor Benito B. suministraron aquél a los asistentes.  Un numeroso grupo de gente se presentó a la celebración eucarística y la gran mayoría se acercó a recibir la unción  de los enfermos.

Santificados espiritualmente, los feligreses se felicitaron unos a otros a la salida del templo, compartiendo su alegría con los que les rodeaban.

Colaboración: Mari Carmen Benítez R. Ministerio de Comunicación.

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