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Gozo, alegría, plenitud, compromiso, renovación de promesas, liberación de cargas, limpieza interior, deseo de compartir, corazón abierto, ánimo exultante, todos estos sentimientos, emociones y más, son el resultado de tres días de introspección, de encuentro con Dios Nuestro Señor en el Retiro de Reiniciación Cristiana.
Tal vez te preguntarás: ¿Y cómo es posible que ese cúmulo de emociones se viva en tan sólo tres días? Bueno, no es obra de la casualidad, por supuesto que no.
Es un proceso que dio inicio con los Talleres de Espiritualidad, en los cuales tuvimos la oportunidad de trabajar en nuestro interior, recordar aspectos de nuestra religión que parecían dormir en nuestro subconsciente, reavivar nuestra relación con Dios, reconocernos como seres únicos e irrepetibles, capaces de amar y ser amados no sólo por los humanos, sino lo que es más importante, por Dios.
Con toda la expectativa que genera un Retiro de Reiniciación, los 60 asistentes se dieron cita en el salón San Agustín el viernes 8 de noviembre. Acompañados de cantos y oraciones, nuestros proclamadores, grupo de staff, de logística, de música, de pastores, sin olvidar al de intercesión, que permanece en oración de principio a fin del retiro y, bajo la guía de nuestro rector, fray Francisco Javier González Castellanos, procedimos a dar inicio al tercer retiro de este año.
Para comenzar, fray Gerardo compartió una plática muy sentida acerca del amor del Padre que sirvió para hacernos conscientes de que todos somos hijos de Dios y, como Padre misericordioso que es, perdona el arrepentimiento sincero. Los proclamadores, desde el fondo de su corazón, comparten con nosotros diversos temas que preparan los nuestros, para obtener grandes beneficios interiores.
Las dinámicas, que tenemos oportunidad de vivir, nos sensibilizan, nos hacen reflexionar, nos educan, nos edifican, nos invitan a buscar la perfección interior, buscar un fin superior que es la trascendencia, recobrar la pureza de nuestra alma.
De gran importancia resulta la Liturgia del Perdón, en la cual, ante la presencia de Dios vivo en el Santísimo Sacramento, pedimos perdón al Señor Dios por nuestros errores del pasado, pedimos perdón a familiares, amigos y conocidos, a la vez, perdonándolos por el mal que pudieran habernos causado, igualmente pedimos el perdón más difícil y, esto lo dicen los conocedores del ser humano: perdonarnos a nosotros mismos. Nos hemos liberado de un gran lastre, gracias a Dios.
Se nos anima a permanecer en la conversión, reforzando nuestra fe en el Señor y que esa fe sea factor de cambio, de transición para los que nos rodean. Demostrar con alegría que se ha operado una metamorfosis en nosotros, es lo que se espera de un retiro de reiniciación. ¡Ya basta de ser católico aburrido! ¡Jesucristo murió para salvarte y con ello te devolvió la calidad de hijo de Dios! Disfruta esa relación Padre/hijo, disfruta el saber que eres hermano de Cristo y que Su amor te inspira a compartir con gozo la buena nueva: ¡Cristo resucitó, te ha dado vida en abundancia, te ha salvado!
La segunda liturgia a la que tuvimos acceso fue a la Liturgia de Consagración. Lo que pueda yo decirte es poco comparado con el momento de recogimiento y armonía que se vive; el Santísimo expuesto ante nosotros, el saber que Jesús se encuentra entre nosotros, la imposición de manos por parte de fray Francisco Javier y el equipo de intercesión, la efusión del Espíritu Santo en todos y cada uno de nosotros, los cantos, el fervor, la disposición de ánimo, todo se conjuga para hacer de éste, el momento culminante del retiro.
Por si todo esto fuera poco, una vez que se nos ha extendido una invitación a permanecer unidos a la vid, a fin de que los sarmientos sigan vivos, es decir, que continuemos con nuestra formación como miembros de una comunidad cristiana viva, nos dirigimos al templo a celebrar la Sagrada Eucaristía, al término de la cual nos felicitamos unos a otros por habernos dado la oportunidad de decir sí al Señor, por habernos dado la oportunidad de haber tenido un encuentro personal con nuestro Señor.
Si alguna vez has sentido que tu vida ha perdido su creatividad, que está seca, vacía, que ha perdido su lozanía, entonces el Retiro de Reiniciación es para ti, ya que recibirás ¡un manantial de agua viva que te reanimará!
¡Date la oportunidad de vivir tu propio encuentro con Nuestro Señor!
¡Asiste al próximo Taller de Espiritualidad y Retiro de Reiniciación!
Colaboración: Mari Carmen Benítez Rincón. Ministerio de Comunicación
1 Comment
Pati Garcia Hidalgo
Muy buen resumen y reflexion, muchas gracias Mari Carmen