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TALLER DE INTERIORIDAD SEGÚN SAN AGUSTÍN

Gran expectación causó el anuncio de un Taller de Interioridad según San Agustín, no por el tema a tratar en sí, sino porque dos grupos de edades disímiles han unido esfuerzos y logrado llevar a cabo un proyecto largamente deseado: hablar con una sola voz y un sólo corazón del tema señalado, compaginando pensamientos e ideas de gente con una amplia experiencia en el tema y gente joven  que aporta  su energía, dinamismo e ideas innovadoras.

Así pues, en días pasados dio comienzo el citado taller con una audiencia presencial y también en forma telemática; sabemos que a nuestros hermanos que comparten el carisma agustino recoleto, les gusta participar y sobre todo, ser tomados en consideración.

Iniciamos con una oración pidiendo ayuda a Dios Nuestro Señor a fin de poder comprender y asir los conocimientos que nos serían compartidos; a continuación, la expositora comenzó la charla, con la definición de quién es la persona humana. Dios nos hizo y nos llamó para Él y eso es interioridad. A la pregunta de ¿ Por qué estamos inquietos? vemos que el origen de nuestra inquietud es la naturaleza humana; el ser humano, es un ser integrado por principios: principio material, nuestra vida es caduca porque somos materia; principio espiritual, orientados hacia la unidad y tenemos una llamada hacia la inmortalidad, el alma es indivisible, es una sustancia simple; el ser humano tiene tres potencias del alma que son inteligencia, memoria y voluntad, que nos hacen seres racionales y de voluntad.

Hizo la conferencista la disección del concepto naturaleza humana: naturaleza es principio de operación, cada cosa opera según su naturaleza, la naturaleza humana es un principio de operaciones específicamente humanas, dichas operaciones son: materia inorgánica, materia inerte (el movimiento se hace física y químicamente);  vida vegetativa y vida instintiva (la nutrición es donde comienza la vida); vida humana, dignidad. Los animales tienen cuatro sentidos internos en diferentes proporciones: imaginación, es decir una imagen se graba en el cerebro; memoria, trae al presente lo que buscamos, otro sentido es el de supervivencia, muy desarrollado en los animales y el cuarto es el sentido común que es la conjunción de los sentidos del oído, vista, olfato, gusto y tacto, con respecto a un objeto. La vida humana agrega a esto, funciones como el pensar, la conciencia reflexiva sobre sí mismo, el libre albedrío (el querer, pero de una manera libre, la voluntad ayuda a ver las cosas como un fin), el ser  autoperfectible; en suma, somos homo político, homo industrioso, homo sapiens, homo religioso. El homo industrioso lleva a cabo  dos funciones: de obrar en el sentido de trabajar y la acción  de obrar que recae sobre nosotros, que es lo que conduce al proceso de interioridad. Finalmente, los seres humanos somos capaces de Dios.

Vemos que la tecnología ha ido trastocando la naturaleza humana, como si quisieran impedir la actuación de los principios de alma y cuerpo; la tecnología al alterar la naturaleza humana ¿podrá hacer que el ser humano sea capaz de interioridad, sujeto de interioridad? Es la pregunta que se hacen muchos. Esto se ve relacionado con la cuarta revolución tecnológica llamada transhumanismo.

¡Qué es transhumanismo? Propone conectividad,  todo está relacionado con todo, eso es lo que se busca: que todo esté conectado con todo de manera digital, pero manipulable por el ser humano; la tecnociencia, que es el utilizar el conjunto de ciencias, forma parte del transhumanismo, intentando mejorar el desempeño humano en forma intelectual, cognitiva, física y moralmente, ejemplo de esto tenemos a los organismos cibernéticos.  A través de la manipulación de la información y de la investigación se obtienen leyes como la del aborto, la de la eutanasia, no castigar: abrazos no balazos; la socio cultura crea el ambiente propicio para que esa leyes se acepten como algo que forma parte de los usos y costumbres, tal es el caso de una investigación en Estados Unidos de América, la cual arrojó como resultado que el peligro para esa nación era el crecimiento de la población  mundial y a raíz de ello, infiltró la noción del control de la natalidad, vendiendo la idea de que, a menos hijos, mayor felicidad, obtención de mejor nivel socio económico, etc. Actualmente en nuestra era de la cuarta transformación tecnológica y del transhumanismo, al ser humano se le llama amenaza, plaga y hay que exterminarla. Los objetivos de ambas son la superlongevidad, ya que la muerte la consideran una enfermedad, la superinteligencia, el ser humano está más limitado ahora y hay que potenciarlo con chips, desde dentro del ser para que trascienda, será un alma digital con inteligencia; el superbienestar, la gente tiene que ser feliz, su calidad de vida debe ser buena, a toda costa; debe tener derechos pero no obligaciones. Por último, conminan a la gente a creer en la ciencia, no en Dios,

La humanidad tiene tres temores con respecto a la transformación tecnológica y el transhumanismo: sugiere trastornar la naturaleza humana, misma  que no puede cambiar, ni por la inteligencia artificial, ni siquiera por la gracia de Dios, ya que Él actúa sobre y perfecciona la naturaleza humana; ser como Dios; poder, placer, parecer y poseer son inclinaciones que tenemos desde el principio de la humanidad, nos dice San Agustín; la dignidad de la persona radica en su libre elección. La interioridad es propia de la naturaleza humana, es inseparable de la persona humana y es el valor intrínseco de la dignidad humana, nos dijo la expositora.

Sirviéndose de la antropología filosófica, la ponente nos explicó la Interioridad, que es: a)tomar nuestra realidad y traerla a nuestro interior; b) para andar conmigo, me bastan mis pensamientos, no me puedo separar de mí mismo; c) la identidad es única, insustituible y no la podemos evitar jamás, no me confundo con nada porque tengo mi propia interioridad; d) existe la parte oscura de nosotros que nadie conoce,  mas que yo y  Dios y, también está el yo que sólo Dios conoce y que puedo sacar a flote desde mi interioridad; e) traer la realidad de uno mismo a nuestra vida diaria.

Dios desde mi interioridad me dice quien soy yo. San Agustín nos dice que la interioridad es una forma elevada de la conversación íntima que cada uno tiene  consigo mismo, en cuanto se concentra en sí; asimismo, es el movimiento del alma, hacia la conciencia de sí mismo y hacia Dios. Debemos esforzarnos en lograrlo ayudados por la meditación, que es el clímax al que puede llegar un creyente al hacer oración, terció  fray Manuel Abecia  Marquínez quien es asesor del Taller de Interioridad junto con fray Gerardo Ruíz Murillo.

La interioridad tiene una dinámica que es hacia adentro de uno y ascendente, trata de analizar, meditar y llevarnos  hasta Dios; nuestras funciones básicas intelectivas y racionales, van encaminadas a trascender y llegar a Dios; dice san Agustín que hay que contemplar todo …. para erigir una escala  hacia las cosas inmortales y eternas.

También recordaron el itinerario a seguir en este taller, mismo que se había dado a conocer a la Comunidad de Santa Mónica, anteriormente y, para cerrar con broche de oro, nos dieron la frase del Taller: la interioridad es un movimiento que nace en la inquietud del corazón humano para hallar la paz en el corazón de Dios.

Así dio por terminada esta sesión introductoria, misma que recibió una gran ovación, dejando en el ánimo de la audiencia gran sed de conocimiento y profundización. No te pierdas el resto del Taller de Interioridad que se llevará a cabo los jueves 29 de febrero, 7, 14, 21 de marzo, 11, 18 y 25 de abril en horario 19:00 a 20:30 horas, salón San Agustín.

Colaboración: Mari Carmen Benítez Rincón. Ministerio de Comunicación. Idea original: Sofía del Bosque. FSAR

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