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VISITA A SALÓN DE CABILDOS, TEMPLO MAYOR Y CATEDRAL METROPOLITANA

Con un soberbio recorrido a tres de los más importantes lugares que ofrece el Centro Histórico de la Ciudad de México, el Ministerio de Cultura del Templo de Santa Mónica, dio por terminadas las visitas correspondientes a este 2019.

Para abrir boca, acudimos al Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, cuya primera planta terminó de ser construida en 1532; durante cuatro siglos, aquí se reunió el Ayuntamiento de México hasta 1928, cuando fue disuelta dicha figura.

Durante esos cuatro siglos, el salón de cabildos sufrió modificaciones, empezando por las obligadas debido a una inundación en el año 1629 y un incendio en 1692. A principios del S.XVIII comenzaron a reconstruir el inmueble y el Salón de Cabildos se estrenó en junio de 1721; la remodelación más importante fue la que se hizo por órdenes de Porfirio Díaz entre 1892 y 1893, con un estilo Art Nouveau, se colocó una hermosa sillería con respaldo alto, y se encargó a Félix Parra el pintar el plafón del lugar, cuyo resultado final es una alegoría a la patria. Este primer piso de lo que actualmente es edificio de Gobierno de la Ciudad de México, contiene, además los retratos de los virreyes de la Nueva España, así como el Centro Documental Francisco Gamoneda.

A manera de segundo y tercer tiempos, visitamos el Templo Mayor, visita obligada para nacionales y turistas, donde los vestigios de la civilización mexica nos transportan a la magnificencia que recibió a los españoles a principios del S. XVI; la admiración por la gran ciudad, rodeada por volcanes y montañas se manifiesta  en las crónicas que de la época hicieran personajes como fray Toribio de Benavente o Hernán Cortés. Actualmente nos resulta difícil entender la impresión que causó en los conquistadores los sacrificios humanos, ya que lo que para ellos era una barbaridad, para la cosmovisión mexica era todo parte de un ritual.

Se sabe que el Templo Mayor fue construido en siete etapas o capas, y en todas ellas, se encontraba el templo doble, dedicado uno a Huitzilopochtli, dios de la guerra y del sol  y a Tlaloc, dios del agua. De la primera capa no se cuenta con evidencia, sólo la información que pasó de boca en boca; de la segunda que inició en 1390 hasta la séptima que se construyó de 1500 a 1521, se conservan restos que han permitido reconstruir secciones de los templos. Un conjunto de 78 edificios formaba el Centro Ceremonial y de ellos, el Templo Mayor era el más importante.

Tuvimos oportunidad de ver la exposición Los presagios de la conquista de México, en la cual se muestran los augurios o señales que advertían a la población acerca de la venida de los españoles y, por otra parte, se manifiesta el sentir de los conquistadores sintiéndose protegidos por la Virgen María, quien les acompañaba a través de estandartes con su imagen o con figuras, adicionalmente se sentían acompañados por Santiago Apóstol, cuyas esculturas y bajo relieves pudimos admirar.

El último platillo que disfrutamos fue  la visita a la Catedral Metropolitana. Con una construcción que duró 250 años, es fácil comprender por qué razón encontramos los estilos que estuvieron de moda en ese lapso de tiempo,  como son el gótico, barroco, churrigueresco así como neoclásico, tanto en el interior como en el exterior de la gran edificación.

Atractivo muy especial lo ejercen dos altares realizados  por Jerónimo de Balbás: Altar de los Reyes, con su estilo churrigueresco en el cual utilizaron cedro blanco y ayacahuite, todo cubierto de hoja de oro. Se llama de los Reyes, porque hay figuras de reyes que fueron santos, entre ellos, así como una pintura de la adoración de los Reyes de Juan Rodríguez Juárez que muestra a Jesús Rey de Reyes. El otro altar se denomina Altar del Perdón que fue construido en estilo barroco, con un acabado denominado pan de oro. Aquí podemos admirar el Jesucristo Crucificado, elaborado en el S XVIII y también se le conoce como el Señor del Veneno.

Para cerrar con broche de oro, pudimos admirar la sacristía, que es el recinto más antiguo de la catedral y que nos recibe con bellísimas pinturas de Cristóbal de Villalpando, que se titulan La mujer del Apocalipsis, El triunfo de la Iglesia y La Aparición de San Miguel y,  La Entrada de Cristo a Jerusalén y El Tránsito de la Virgen, de  Juan Correa.

Paladeando esta maravillosa jornada, dimos por terminado un paseo más, en el cual tuvimos la oportunidad de seguir acrecentando nuestro acervo cultural acerca de nuestra identidad mexicana y motivar nuestro sentido religioso,

Colaboración: Mari Carmen Benítez Rincón. Ministerio de Comunicación

2 Comments

  • Natalia Lonngi
    Posted 10 diciembre, 2019 at 11:47 pm

    ¡Buen trabajo! Excelentes fotos y muy buen resumen. Muchas gracias

  • Martha Huerta (Tita)
    Posted 10 diciembre, 2019 at 11:32 am

    Como siempre, una magnífica descripción de nuestro fabuloso paseo.
    Las fotos muy buenas, pero llegaron un poco revueltas.
    Mil gracias Mary Carmen por tu gran trabajo

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