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Concierto de Guitarra Clásica en Santa Mónica

El atardecer soleado poco a poco iba dando paso a la noche que extendía tímidamente su manto oscuro sobre el Templo de Santa Mónica. En el atrio, la gente comenzaba a llegar con la expectación que conlleva el que un recinto sagrado se convierta en sala de conciertos.

Ordenadamente la concurrencia fue tomando su lugar en el templo y a la hora convenida, Fr. Francisco Javier González Castellanos nuestro rector, dio la bienvenida al concertista Víctor Gardoqui.

Se nos dio una pequeña biografía del artista, quien cuenta con amplia experiencia en salas de nuestro país y del extranjero; ha sido solista de la obra integral de Manuel M. Ponce, ha contribuido en diversas obras de teatro y desde 1998 es maestro en el Centro Cultural Ollin Yoliztli.

Con la complicidad de la oscuridad exterior, el recinto se fue llenando de la luz que emitían las notas que magistralmente lograba el artista, aun para el oído poco educado, era fácil percibir la limpieza en la ejecución. Poco a poco, el maestro Gardoqui nos fue llevando en un viaje fantástico por el mundo de la música, dividiendo el itinerario en cinco puertos, siendo el primero Música Antigua, el segundo fue Música Barroca, en donde no podía faltar Bach, pasando por el de Música Clásica, interpretando vívidamente una pieza inspirada en La Flauta Mágica de Mozart; posteriormente llegamos al de Música Romántica y, en las piezas que ejecutó, marcó un ritmo muy propio, que nos envolvió con su sensibilidad y su magia y, cuando se pensaba que no habría cabida para mayor sentimiento de encanto, llegamos a nuestro último puerto: Música del S.XX, deleitándonos con una selección de Manuel M. Ponce y otra de Joao Pernambuco. Cabe mencionar que la guitarra utilizada fue construida por Joaquín García en 1976.

A través de ese recorrido musical, pudimos experimentar sentimientos y sensaciones que sólo los grandes maestros logran en la audiencia al entregar su destreza, su talento, su experiencia; no sólo se trata de leer una partitura o saberla de memoria. No. Es saber jugar con los tiempos, el dominio de su arte al combinar la intensidad y duración de las notas, el imprimir el propio sentimiento a la ejecución, el estampar su personalidad, el saber llevar a los oyentes a diferentes estadios. ¡Bravo Víctor Gardoqui!

El público ovacionó de pie al maestro, quien con humildad y alegría, recibió los merecidos aplausos y generosamente aceptó tocar una pieza más a petición de la concurrencia.

Por último, el rector agradeció a Víctor nuevamente su participación y le hizo entrega de un reconocimiento, dando así por terminada la presentación; conforme la audiencia se dirigía a la salida, nuestro templo iba recuperando su sobriedad y silencio. En momentos como este, viene a la mente la frase de Benedicto XVI: la música es “un rayo de la belleza del cielo”.

Colaboración: Mari Carmen Benítez R.

2 Comments

  • Pati Garcia Hidalgo
    Posted 17 febrero, 2019 at 10:00 am

    Muchas felicidades, el concierto estuvo precioso!!!

    • Pati Garcia Hidalgo
      Posted 17 febrero, 2019 at 10:01 am

      Felicidades a todos los organizadores, a los frailes agustinos y al ministerio de cultura, excelente todo!!!

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